El Árbol de Navidad en Ecuador

Aunque el Árbol de Navidad es una costumbre universal de la temporada de fiestas decembrinas, su proceso de llegada a Ecuador es bastante desconocido, por lo que abordaremos su historia en este artículo.

Origen

Empezaremos señalando que el proto origen de esta costumbre se sitúa en Alemania durante la primera mitad del siglo VIII, donde los primeros cristianos que llegaron a evangelizar dichas tierras se encontraron con que sus habitantes celebraban el nacimiento de Frey, dios nórdico del Sol, adornando un árbol seco en fechas cercanas a la Navidad.

Este árbol era llamado Ygdrassil, es decir árbol de la vida, siendo San Bonifacio quien cortó uno de ellos y plantó en su lugar un pino, especie que permanecía verde durante todo el invierno, y por tanto símbolo del amor perenne del Dios cristiano, que nunca se marchita.

Popularización

El primer Árbol de Navidad como tal, fue colocado por primera vez en 1605, también en Alemania, y de allí se extendió por el centro de Europa. La costumbre ingresó en Inglaterra en 1841, durante el reinado de la célebre Victoria del Reino Unido, quien estaba casada con el príncipe germano Alberto de Sajonia, quien fue el responsable de dicha introducción en la cultura inglesa.

De Inglaterra se popularizó en Norteamérica gracias a las postales navideñas de la Familia Real británica de Victoria, mientras en España fue una novedad llegada en 1869 con una noble rusa llamada Sofía Troubetzkoy, viuda de un hermanastro de Napoleón, que colocó un abeto decorado en el Palacio de Alcañices, donde vivía con su segundo marido, el militar José Osorio.

Por otra parte, en Latinoamérica el primer Árbol de Navidad se registra en el año 1864, con la llegada de los emperadores Maximiliano de Habsburgo y Carlota de Bélgica al Castillo de Chapultepec, su residencia elegida en la ciudad de México durante el llamado Segundo Imperio.

En Ecuador

En cuanto a Ecuador, es probable que algún europeo haya colocado un Árbol de Navidad de manera esporádica y no documentada entre finales del siglo XIX e inicios del XX. Sin embargo, es tras las dos Guerras Mundiales y la correspondiente migración llegada del centro de Europa a Quito y Guayaquil, que esta costumbre se estableció de manera definitiva en estas tierras equinocciales.

Inicialmente se usaban troncos delgados a los que se hacían agujeros para acoplar ramas de distintos árboles de jardín, como el naranjo o eucalipto, pero desde la década de 1970 se comenzó a extender la siembra de pinos para la temporada navideña. Esto, sumado a la popularización de la cultura decembrina llegada de Estados Unidos por el cine y la televisión, terminaron por convertir al Árbol de Navidad en el compañero perfecto del tradicional Pesebre o Nacimiento ecuatoriano.

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